La sesión del 15 de noviembre se ha centrado en la evaluación de los retos y una de las primeras cuestiones que nos tiene que quedar claro es que para cada contexto y/o situación debemos aplicar el instrumento más adecuado. Como ha comentado el ponente si empleamos rúbricas para evaluar cualquier elemento es posible logremos la “muerte por rúbricas”.

Me ha parecido muy interesante que los alumnos sepan evaluarse ellos mismos y realicen la evaluación entre iguales, ya que este aprendizaje les servirá para evaluar su trabajo en el entorno empresarial. El problema que le encuentro a la evaluación entre iguales es la dificultad para los alumnos para diferenciar la objetividad de las amistedes personales con sus compañeros.

Me ha sorprendido la noticia baseada en el estudio de la OCDE que evaluaba el trabajo por equipos en las diferentes comunidades autónomas. Todas las comunidades ( y también España en su conjunto) estarían dentro del nivel 2 de desempeño, que supone resolver en equipo problemas de dificultad media, dar pistas o información voluntaria que nadie ha pedido para avanzar y entender que no todos los miembros tienen la misma información.

Una propuesta en el aula para evaluar el reto de forma diaria es realizar una encuesta de felicidad/satisfación en la realización del reto ese dia. Esta estrategia es similar a los centros comerciales que te piden que evalues la atención aportada con diferentes caras desde una muy triste a otra muy feliz. Aplicar una estrategia similar nos ayudaría a ver la evolución de la motivación del alumnado en las diferentes fases del reto y poder compararlo con otros similares.